Cuando caminas por la casa por la noche, levantas y dejas caer los pies suavemente, temiendo molestar a los demás. Al pasar unas tijeras a alguien, las diriges con la punta hacia ti. Al caminar por la acera, intentas mantenerte al borde para dejar más espacio a quienes pasan a tu lado. Al ir al supermercado, incluso si es alguien quien abrió el congelador, siempre lo cierras bien. Incluso en momentos de colapso emocional, temes afectar a los demás. ¿Te has dado cuenta? Eres tan delicado y hermoso, y siempre emites bondad hacia este mundo, pero ¿por qué no puedes reconocer tu propio valor?
Ver originales
This page may contain third-party content, which is provided for information purposes only (not representations/warranties) and should not be considered as an endorsement of its views by Gate, nor as financial or professional advice. See Disclaimer for details.
Cuando caminas por la casa por la noche, levantas y dejas caer los pies suavemente, temiendo molestar a los demás. Al pasar unas tijeras a alguien, las diriges con la punta hacia ti. Al caminar por la acera, intentas mantenerte al borde para dejar más espacio a quienes pasan a tu lado. Al ir al supermercado, incluso si es alguien quien abrió el congelador, siempre lo cierras bien. Incluso en momentos de colapso emocional, temes afectar a los demás. ¿Te has dado cuenta? Eres tan delicado y hermoso, y siempre emites bondad hacia este mundo, pero ¿por qué no puedes reconocer tu propio valor?