La última propuesta de producto de Robinhood: versiones tokenizadas de acciones de empresas privadas como OpenAI y SpaceX, ya está generando controversia. Aunque la aplicación de trading afirma que estos tokens permiten a los usuarios minoristas "obtener exposición" a gigantes previos a la IPO, resulta que no representan ninguna participación real. Según el CTO de Ripple, David Schwartz, si las cosas salen mal, la red de seguridad legal es esencialmente esta: simplemente demandarnos.
La semana pasada, Vlad Tenev presentó los nuevos productos de Robinhood, incluyendo una aplicación de criptomonedas ampliada, una tarjeta Gold renombrada para beneficios en criptomonedas y trading tokenizado 24/7 de acciones tanto públicas como privadas. Robinhood promete que los dividendos y las divisiones de acciones para acciones estadounidenses como Apple y Nvidia se reflejarán en los tokens.
Sin embargo, para empresas como OpenAI y SpaceX, hay un giro: no se trata de acciones reales, sino de una exposición sintética envuelta en blockchain y construida sobre Arbitrum, pero con su propia capa 2 en desarrollo.
¿Qué hay bajo el capó?
Schwartz, respondiendo a la creciente confusión en X, explicó que los tokens están diseñados para reflejar el comportamiento de las acciones reales —incluyendo divisiones, dividendos y otros eventos— pero no vienen con propiedad, derechos de voto o ninguna participación legal.
No hay un respaldo real detrás de todo esto, solo una promesa de Robinhood de simular la experiencia. Si la empresa no cumple, los usuarios se quedan con la acción legal como su único recurso, siempre que la firma siga siendo solvente cuando llegue ese momento.
A pesar de esta configuración, Robinhood dice que ya ha recibido una avalancha de solicitudes de otras empresas privadas que quieren ofrecer sus acciones en forma tokenizada. El modelo omite barreras tradicionales como el estatus de inversor acreditado, brindando a los usuarios minoristas acceso sintético a los pesos pesados de Silicon Valley.
Pero sin un precio de mercado público que ancle las valoraciones, o reglas claramente definidas para los pagos similares a dividendos, los tokens plantean más preguntas que respuestas.
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'Puedes demandarlos': el CTO de Ripple se pronuncia sobre Robinhood
La última propuesta de producto de Robinhood: versiones tokenizadas de acciones de empresas privadas como OpenAI y SpaceX, ya está generando controversia. Aunque la aplicación de trading afirma que estos tokens permiten a los usuarios minoristas "obtener exposición" a gigantes previos a la IPO, resulta que no representan ninguna participación real. Según el CTO de Ripple, David Schwartz, si las cosas salen mal, la red de seguridad legal es esencialmente esta: simplemente demandarnos.
La semana pasada, Vlad Tenev presentó los nuevos productos de Robinhood, incluyendo una aplicación de criptomonedas ampliada, una tarjeta Gold renombrada para beneficios en criptomonedas y trading tokenizado 24/7 de acciones tanto públicas como privadas. Robinhood promete que los dividendos y las divisiones de acciones para acciones estadounidenses como Apple y Nvidia se reflejarán en los tokens.
Sin embargo, para empresas como OpenAI y SpaceX, hay un giro: no se trata de acciones reales, sino de una exposición sintética envuelta en blockchain y construida sobre Arbitrum, pero con su propia capa 2 en desarrollo.
¿Qué hay bajo el capó?
Schwartz, respondiendo a la creciente confusión en X, explicó que los tokens están diseñados para reflejar el comportamiento de las acciones reales —incluyendo divisiones, dividendos y otros eventos— pero no vienen con propiedad, derechos de voto o ninguna participación legal.
No hay un respaldo real detrás de todo esto, solo una promesa de Robinhood de simular la experiencia. Si la empresa no cumple, los usuarios se quedan con la acción legal como su único recurso, siempre que la firma siga siendo solvente cuando llegue ese momento.
A pesar de esta configuración, Robinhood dice que ya ha recibido una avalancha de solicitudes de otras empresas privadas que quieren ofrecer sus acciones en forma tokenizada. El modelo omite barreras tradicionales como el estatus de inversor acreditado, brindando a los usuarios minoristas acceso sintético a los pesos pesados de Silicon Valley.
Pero sin un precio de mercado público que ancle las valoraciones, o reglas claramente definidas para los pagos similares a dividendos, los tokens plantean más preguntas que respuestas.