El término Metaverso se originó en la novela de ciencia ficción “Snow Crash”, pero en el mundo real, se refiere a un espacio virtual persistente, inmersivo e interactivo donde los usuarios pueden participar en actividades sociales, económicas, de entretenimiento y creativas con identidades digitales. Bajo la arquitectura Web3, el Metaverso típicamente posee las siguientes características:
Crear un verdadero Metaverso no es tan simple como dispositivos de VR o modelos 3D; implica un conjunto completo de fundamentos técnicos y marcos de aplicación.
El núcleo de Web3 empodera a los usuarios con la verdadera propiedad de activos digitales, y los NFTs son las formas de assetización de tierras, personajes, equipos, etc., en el Metaverso.
El hardware como Meta (anteriormente Facebook) y Apple Vision Pro permite a las personas experimentar una sensación de inmersión como si estuvieran "ahí en persona."
Los NPCs impulsados por IA, asistentes virtuales y avatares personales se convertirán en las unidades básicas dentro del Metaverso.
Plataformas como Decentraland, The Sandbox y Otherside en el Metaverso tienen tokens nativos y economías de tierras, permitiendo a los jugadores crear contenido y beneficiarse de ello.
Las direcciones de billetera, los NFTs, la reputación y las relaciones sociales se pueden migrar sin problemas entre diferentes espacios del Metaverso, lo cual es una de las mayores diferencias entre el Metaverso Web3 y Web2.
El Metaverso y Web3 a menudo se confunden entre sí, pero su relación es más como un complemento entre aplicaciones e infraestructura:
En otras palabras, sin Web3, el Metaverso es solo una versión mejorada de plataformas centralizadas. Los usuarios pueden interactuar e inmersarse, pero todos los datos y el valor aún pertenecen a la plataforma.
El Metaverso no solo existe en el mundo de los videojuegos, sino que también está comenzando a remodelar la apariencia de muchas industrias tradicionales:
Aulas virtuales, simulaciones de experimentos en 3D y salas de reuniones inmersivas hacen que el aprendizaje y la colaboración sean más intuitivos.
Como el concierto de Travis Scott en Fortnite, atrajo a más de 12 millones de participantes simultáneamente.
Gucci y Balenciaga han ingresado al Metaverso, ofreciendo NFTs utilizables y moda virtual.
Se han lanzado sucesivamente terrenos virtuales, bancos virtuales, productos de préstamos e inversión, como las subastas de terrenos virtuales de Sandbox y Decentraland.
Los usuarios pueden gobernar colectivamente una nación virtual, decidir sobre políticas y asignar recursos, lo que también es un campo práctico de Web3.
Aunque la visión del Metaverso es emocionante, todavía está lejos de una verdadera adopción generalizada. Las altas barreras técnicas, incluido el precio de los dispositivos de realidad virtual y la familiaridad de los usuarios con las operaciones virtuales, limitan su velocidad de penetración. Además, muchas plataformas existentes del Metaverso aún carecen de contenido y actividades lo suficientemente atractivas, lo que hace que la experiencia del usuario se trate más de pruebas a corto plazo que de participación a largo plazo.
Además, algunos gigantes tecnológicos todavía se adhieren a arquitecturas de plataformas cerradas, lo que contradice el espíritu descentralizado de Web3, lo que lleva a desafíos en la apertura del ecosistema en general. La incertidumbre de las leyes y regulaciones también es una barrera significativa para el desarrollo del Metaverso, como si la tierra virtual tiene protección legal de activos o si los NFT constituyen valores valiosos, lo que sigue siendo un tema de debate.
Por último, es importante no pasar por alto la atmósfera especulativa en el mercado. Demasiados proyectos están excesivamente empaquetados, descuidando la experiencia real y la fortaleza del producto, lo que lleva a burbujas financieras, dañando la confianza de los inversores y ralentizando el desarrollo general.
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El Metaverso no es solo una tendencia temporal, sino una transformación integral que abarca tecnología, economía, comunidad y cultura. Puede que aún no sea perfecto, pero está construyendo gradualmente un nuevo mundo digital que paralela la realidad y está impulsado por la comunidad. El futuro del Metaverso es prometedor, pero requiere más valor práctico y optimización orientada al usuario.